miércoles, 29 de octubre de 2014

Anatomía de una serie 'perfecta'


Hace algún tiempo leí un artículo en la versión digital de 'Jot Down' que se titulaba algo así como 'Anatomía de la serie perfecta'. En él, su autora no hablaba de una serie en concreto sino que desgranaba, como si de la anatomía humana se tratase, los rasgos de lo que podría ser una serie perfecta. Y hoy, os traigo mi propia versión de ese artículo, que es pura inspiración.

En mi caso, sí me decanto por una serie. Tal vez no sea mi favorita, pero para mi es una obra maestra de la televisión, una de esas historias de la pequeña pantalla que no deja indiferente al espectador y que no cansa, porque nos guste o no, eso es más que evidente tras el estreno de su undécima temporada.

'Anatomía de Grey' comenzó a emitirse el 27 de marzo de 2005, hace ya más de 9 años. Creada por Shonda Rhimes, una de las guionistas más influyentes de Hollywood, la serie sigue la vida de los residentes del Seattle Grace Hospital, uno de los hospitales más importantes de Estados Unidos, dejando de lado las preocupaciones de la ética médica para centrarse en cada uno de los personajes y las relaciones que se establecen entre ellos.

Y así, comenzamos a analizar cada parte de esta obra maestra de la 'medicina televisiva' (y cinematográfica). Lo mejor tras 'Urgencias'

El Cerebro

El cerebro dirige cada movimiento de nuestro cuerpo y, sin duda, la serie perfecta necesita una mente brillante al frente. 'Anatomía de Grey' la tiene, y su nombre es Shonda Rhimes. Detrás de esa pose de 'artista', Rhimes ha sido capaz de hacernos vibrar con cada guión a pie de quirófano.

Esta reina del 'espectáculo', porque ella no se conforma con el segundo plano destinado a los 'creadores de ficción', es ya una de las mujeres afroamericanas más influyentes del mundo, pasando incluso por encima de la omnipresente Oprah o de la diva Beyoncé. Además de 'Anatomía de Grey', es la mente creativa tras 'Scandal', un serial político que sigue la relación entre el presidente de los Estados Unidos y su amante (también afroamericana y exdirectora de Comunicación de la Casa Blanca). Y es que los jueves en Norteamérica son de Shonda Rhimes.

El Sexo


No nos engañemos, en una buena serie, en una buena película tiene que haber sexo. No tiene por qué ser explícito. No tenemos por qué verlo todo pero sí imaginarlo. Imaginar que entre los personajes de esa ficción que tanto nos gusta existe una conexión de este tipo. Y 'Anatomía de Grey' nos da eso.

Las escenas que nos muestra no son duras ni explícitas, pero sí intensas, únicas. Y ese es un vínculo tan especial de la vida real, que es importante que se muestre en la 'serie perfecta'. Gracias a Rhimes, eso no falta. 'Anatomía de Grey' empezó con una infidelidad (de Derek a Alisson, y viceversa), pero también con la esperanza que significaba que Meredith no fuera sólo eso para el neurocirujano más sexy del Seattle Grace Hospital.

Tampoco podemos olvidar las maravillosas escenas que en ese sentido nos ha brindado Alex Karev (con distintas mujeres sí), el deseado Mark Sloan, Callie Torres o uno de los personajes más queridos, la doctora Bailey. El sexo es importante, pero si encima te hacen notar esa conexión entre los personajes, es impresionante.

Las Extremidades

Como ya se mencionaba en el artículo que os comenté antes de 'Jot Down', las extremidades son algo así como los miembros del clan o, en este caso, del hospital. Sin ellos, 'Anatomía de Grey' no sería una serie tan especial. El elenco que forma esta gran 'familia' es simplemente excepcional. Desde Ellen Pompeo hasta Justin Chambers, todos, y repito todos, son un grupo de actores que se complementan a la perfección, dejando que el público simplemente se emocione, se ponga en su piel y experimente cada sensación.

Y eso hace de 'Anatomía de Grey' algo más que un guión llevado a la pequeña pantalla. Eso hace de esta serie una obra maestra, una 'serie perfecta'.

La Columna Vertebral

Para mantenernos en pie necesitamos una columna vertebral sólida, capaz de sostenernos. Hablando de 'Anatomía de Grey' esta, sin duda, sería las relaciones que se establecen entre los distintos personajes. Desde la relación a años luz del doctor Webber con Ellis Grey hasta la amistad-relación profesional que se establece entre O'Malley y la doctora Bailey. Todas estas son maravillosas y, sin duda, el hilo argumental de una serie que, pese a su lenguaje a veces excesivamente técnico, nos cuenta historias reales, llenas de amor, inundadas por el debate entre relaciones amorosas vs. amistad, e incluso impregnadas de odio o peligro.

Otra de las bazas a favor de las relaciones que vemos encarnadas en esta serie son sus propias complicaciones. Es decir, aunque a veces creamos que 'Anatomía de Grey' es un poco culebrón, lo cierto es que las relaciones (amorosas, de amistad, entre hermanos o padres e hijos, etc) se complican por cosas mucho menos superficiales que en los culebrones norteamericanos. Son esa clase de complicación con la que cualquier espectador puede sentirse de verdad identificado. Y eso, para mí, es un puntazo a favor de Grey's Anatomy.

El Corazón



Y si hablamos de relaciones, no hay nada más especial que la amistad. El valor de ella. Su encarnación en 'Anatomía de Grey' son Meredith Grey (Ellen Pompeo) y Christina Yang (Sandra Oh). Su relación, para algunos mal pensados incluso algo lésbica, es la más especial de toda la serie. Al espectador le llega incluso a gustar que ambos personajes se peleen una y otra vez para volver a encontrarse. Para mí, es la relación de 'amor' más grandiosa jamás escrita por la anteriormente nombrada, Shonda Rhimes. Porque no hay cosa más bonita que un amigo te diga que tú eres 'su persona', lo único que necesita para seguir adelante. Ojala todos tuviéramos esa suerte, la suerte de encontrar a alguien así.

Aceptadlo, todos lloramos tras la 'espantá' de nuestra querida Christina.

La Boca

Todo lo que os hemos contado antes es primordial (al menos para mí como fiel espectadora de ese 'circo' llamado televisión) para tener una buena historia. Pero hay algo que hace mucho más increíble a 'Anatomía de Grey': las introducciones de Meredith Grey (casi siempre). Eso fue también lo que me enamoró de otras series como One Tree Hill y lo que me enganchó en definitiva a este grupo de médicos. Porque se diga lo que se diga al principio, nunca debemos olvidar que continuará y que, seguramente, acabará de la forma más inesperada. 'Anatomía de Grey' siempre sorprende.

Aquí os dejo una de mis introducciones favoritas (Temporada 3, capítulo 3):


Los cirujanos por lo general fantasean sobre cirugías salvajes e improbables. Alguien se desmaya en un restaurante, y lo abrimos con un cuchillo para mantequilla, reemplazamos la válvula con una zanahoria ahuecada por un palillo. Pero de vez en cuando, alguna otra clase de fantasía llega. La mayoría de nuestras fantasías se disuelven cuando despertamos, desterrado a lo más profundo de nuestra mente. Pero en ocasiones, si nos esforzamos lo bastante… podemos vivir nuestro sueño.

Los Oídos

Lo confieso. Si hay algo que definitivamente me arrastró a ser una espectadora incansable de 'Anatomía de Grey' durante 11 temporadas (y lo que queda porque no pienso cansarme) es su música. La Banda Sonora de cualquier ficción es importante para enganchar y, sobretodo, para transmitir lo que se escribió en el guión. Y eso a esta serie le sobra.

Gracias a ella, conocimos a grupos tan maravillosos como 'The Fray' o 'Snow Patrol', grupos que para muchos se han convertido en parte de nuestro día a día. Y sí, no me canso de escucharlos. Para 'Anatomía de Grey' ha sido algo tan importante que incluso tuvo un capitulo musical en el que se rememoraban las mejores canciones de su banda sonora, esta vez interpretadas por su propio elenco de actores. Un capítulo que no aportó mucho a la historia pero sí a nuestros oídos.

Para despedirme, os dejo con una de mis escenas favoritas, que además dio a conocer el famoso 'Chasing Cars' de Snow Patrol. Esta escena retumbó en mi memoria durante mucho tiempo y, por eso,  y todo lo demás, 'Anatomía de Grey' es la serie perfecta. 



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